El Maravilloso Mundo
El colorido cangrejito saltarín
El cangrejito saltarín era muy colorido, pero a su vez demasiado curioso. Todos los demás habitantes del fondo del mar le simpatizaba observar lo hermoso que era, pero sus amiguitos cangrejitos eran muy celosos y lo trataban mal porque saltaba mucho y ser de diferente a ellos. Era muy admirado bajo en el fondo del mar, sin embargo, el cangrejito se sentía muy solo.
Cada noche que Salía a la superficie del mar, el cangrejito saltarín veía su reflejo en el agua y contemplaba el hermoso color que tenía su piel. Él era único en su especie, pero deseaba que sus amiguitos lo aceptara tal cual como él es, para jugar y poder divertirse. Y a veces era tan grande el deseo que lo comí por dentro.
Un pulpo amigo suyo, que observaba su tristeza, le dijo:
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Cangrejito no tienes que ponerte triste, porque tú eres muy hermoso y especial y los demás cangrejito pronto se darán cuenta lo valioso que eres por fuera y por dentro.
Cangrejito saltarín muy agradecido por las palabras de su amigo, no se convenció, y siguió triste soñando ser del color de sus amiguitos cangrejitos para poder divertirse con ellos.
Hasta que un día, cangrejito soñó ser como sus amiguitos cangrejito, eso con lo que tantas veces había soñado. Pero en el transcurso del su sueño veía que ellos eran serios e infelices y no jugaban si no que le gustaban molestar a los demás. Y no se sintió dichoso en aquel sueño.
Al despertar de aquel sueño, cangrejito comprendió lo que aquello significaba y es que nadie es perfecto ni puede estar dichoso, y por ello tenemos que aprender a querernos y aceptar tal y como somos, no envidiando nunca a los demás. Solo así conoceremos el camino para poder ser felices.
