El Maravilloso Mundo

Lucho, el caballo y el burro
Érase una vez un humilde campesino que se dedicaba a la agricultura, su nombre era Lucho, el vendía sus frutas en una aldea lejana a su casa.


Cuando Lucho tenía que entregar las frutas él viajaba siempre en compañía de su caballo y burro. El burrito siempre llevaba la carga pesada y el caballo no llevaba nada.
Tiempo después llegó el momento de emprender el viaje de 2 días hacia la aldea. Lucho preparó su pequeño carruaje, alistó los bultos con sus manzanas, peras y calabazas, ensilló al burro y al caballo y comenzó su viaje.
Hacia un intenso sol, no habían parado ni un momento a descansar, el burrito estaba muy cansado de caminar llevando semejante peso, estaba a punto de desmayarse y le dijo al caballo:


-¡Caballo, amigo mío, pon sobre tu lomo un par de bultos de frutas, necesito tu ayuda!! Ya no puedo más!
El caballo le respondió: -Lo siento burro, pero yo no nací para ser un animal de carga, sino para galopar y halar carrosas.
Después de un par de horas el burrito ya no puedo más y se desvaneció, Lucho asustado corrió a ver que le sucedía a su burro, le quitó los bultos de la carga y le dio agua y unas frutas para que se reponga.
El caballo impresionado y algo triste se sentía al ver a su amigo en esas condiciones.
Lucho hizo una parada obligada, se quedaron unas horas descansando, el burrito se recuperó y Lucho puso toda la carga en el lomo del caballo, ahora el caballo sería el encargado de trasladar toda la pesada carga a la aldea.


Ahora si otra vez emprendieron el viaje. El caballo le dijo al burro mientras caminaban: -Amigo mío discúlpame por no haberte ayudado cuando lo necesitabas, ahora cargo con el peso de los bultos y de la culpa.
El burrito agradecido le respondió: Amigo que bien que te diste cuenta que no ganas nada bueno sin ayudar a los demás.
Al día siguiente los viajeros llegaron a su destino y entregaron la fruta a los comerciantes.
FIN
Moraleja: Cuando desees ayudar hazlo de corazón sin pensar en tu bienestar sino siempre en los demás.
